Alcalá del Júcar es conocida por sus cuevas y casas-cuevas.
Los columbarios son otro tipo de cuevas excavadas en la roca para la cría de palomas.
En siglos anteriores, la carne de paloma era muy preciada, era un complemento importante en la dieta de la población alcalaeña y también tenía su importancia para la economía de la población como medio de vida. Tanto es así que cuando alguien enfermaba, había que pedir permiso al ayuntamiento y siempre con prescripción médica, para poder sacrificar una de las aves con la que poder hacer un caldo que sanara al enfermo.
De las palomas también es destacable la utilización de los excrementos (palomina) como un excelente abono para las huertas de la hoz del Júcar, tan importante era que lo llegaron a denominar «oro molido».
Tolosa-Alcalá del Júcar
casas rurales «Casas del Herrero»